El sismo que azotó a Marruecos revive el debate sobre la necesidad de erigir urbes resistentes a estos movimientos telúricos. Los ejemplos de Chile y Nepal saltan a la vista.

En abril y mayo de 2015, Nepal fue sacudido por varios sismos sucesivos que dejaron 9.000 muertos y kilómetros de heridos. Numerosos edificios de altura, casas y templos se derrumbaron. No habían sido concebidos para soportar ese tipo de movimientos telúricos. Los daños causados ​​por los terremotos ascendieron a varias millas de millones de euros.

Ocho años más tarde, el gobierno nepalí y diversas organizaciones de ayuda internacional han logrado reconstruir cientos de millas de viviendas, esta vez con todas las características necesarias para resistir los embates de un próximo terremoto, que es inevitable . En regiones como Turquía y Siria, donde los muertos y el alcance de la destrucción fueron incluso más devastadores en los terremotos de comienzos de 2023, ese tipo de medidas podrían ser más difíciles de aplicar.

Reconstruir mejor

El objetivo de las organizaciones de ayuda a la hora de reconstruir en una región sísmica es hacerlo mejor que antes, con técnicas disponibles en la misma zona, accesibles y económicamente viables, dice a DW Elizabeth Hausler, fundadora y gerente de la organización estadounidense Build Change , que trabaja activamente en Asia, América Latina y el Caribe.

En Nepal, los mismos propietarios perjudicaron que apoyaran la reconstrucción. La Agencia Japonesa de Cooperación Internacional, que ayudó en el proceso, se centró en reforzar las redes locales y desplegar «albañiles móviles», unos trabajadores de la región afectada que fueron caEstos «albañiles móviles» viajaron de pueblo en pueblo, ayudando en la reconstrucción y transmitiendo a los demás las técnicas recién aprendidas. La mayoría del millón de edificios dañados o destruidos en Nepal fueron hechos de mampostería de piedra tradicional recubierta de barro. Por suerte, en muchos casos no fue necesario desechar todas las casas que habían resultado dañadas y con una inversión de unos 3.000 dólares en promedio pudieron ser reparadas.pacitados por expertos nipones para levantar construcciones resistentes.

«Si pensamos que la construcción completa de una nueva casa costaría unos 20.000 dólares, la relación costo-beneficio mejora», señala Hausler. Para poder acceder al apoyo estatal, los propietarios tuvieron que usar métodos de construcción que hicieron sus hogares resistentes a nuevos terremotos, explica Kamran Akbar, especialista en gestión de desastres del Banco Mundial. «No hubo restricción en el acceso a materiales, siempre y cuando se cumpliera con los requisitos mínimos de resistencia a los terremotos», afirma.

Constantes terremotos en Chile

Todos los días hay sismos en Chile , un país donde millones de personas viven sobre una red de fallas tectónicas. Sin embargo, en ese país de Sudamérica el tema de las construcciones antisísmicas parece controlado. «Los temblores que ocurren a diario nos recuerdan que vivimos en una zona inestable», dice a DW Magdalena Gil, investigadora del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden). «Todo chileno de 30 años ha vivido al menos un terremoto importante en su vida», explica.

«Por fortuna, el país dispone de estrictas normas de seguridad para enfrentar los terremotos», indica Gabriel González, subdirector de Cigiden. Estas directrices fueron la razón por la que solo un edificio se derrumbó en el último gran terremoto, de magnitud 8,8 y que tuvo lugar en febrero de 2010 . Era una construcción residencial de 15 pisos en Concepción. Sin embargo, el sismo y especialmente un tsunami posterior causaron unos 500 muertos en todo el país.

González explica que en la normativa sísmica chilena no existen límites para la altura de los edificios, pero estos deben usar columnas y vigas de hormigón armado sostenidas por estructuras de acero. De esta forma, desarrolla la flexibilidad suficiente para soportar los terremotos, incluso los fuertes. Las vigas de hormigón pueden romperse, pero las columnas de acero están diseñadas para no colapsar. Las normas de construcción, explica el experto, se han endurecido continuamente desde mayo de 1960, cuando ocurrió el desastre de Valdivia, un terremoto de magnitud 9,5, el mayor jamás registrado.

Los códigos de construcción no son mágicos.

El análisis de riesgo y la preparación para los desastres desempeñan también un papel importante en la protección frente a futuros terremotos. Las medidas incluyen, entre otras cosas, simulacros de emergencia, educación y mantenimiento de infraestructuras. Chile tiene una de las directrices más estrictas del mundo y junto a Japón es considerada un ejemplo a seguir.

«Estas normas de construcción no son mágicas por sí solas», dice Gil. Turquía, por ejemplo, también tiene directrices muy avanzadas, pero debe haber actores que hagan cumplir estas regulaciones. «Cualquier política es inútil sin este aspecto. Si los códigos no se aplican, son solo papel», estima la especialista.

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