La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) dijo este martes 20 de febrero que los diálogos de paz con el Gobierno colombiano están en «crisis» y anunció una “fase de congelamiento”, al señalar que el Ejecutivo ha cometido «acciones violatorias a lo pactado en la Mesa de Conversaciones». El grupo se refirió a diferencias sobre la dinámica de participación de la sociedad y rechazó, puntualmente, la organización por parte del Gobierno de un diálogo regional en el suroeste del país, al margen del proceso nacional acordado.

La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) declaró este martes 20 de febrero una situación de crisis en el proceso de diálogo con el Gobierno colombiano y advirtió que el proceso podría entrar en una “fase de congelamiento” si el Gobierno no cumple con lo acordado previamente.

«Sin ser de nuestra responsabilidad lo acontecido, los diálogos entre el ELN y el Gobierno Nacional entrarían en una fase de congelamiento mientras el Gobierno se disponga a cumplir lo acordado», manifestó el Comando Central (COCE) del ELN, en un comunicado fechado el 19 de febrero en las «Montañas de Colombia» y que trascendió este martes.

El Gobierno colombiano, por medio del comisionado de Paz, las Fuerzas Armadas y la Policía viene adelantando acciones violatorias a lo pactado», dijo el ELN al mencionar expresamente unos diálogos regionales en el departamento de Nariño (suroeste).

«Habiendo pactado un proceso nacional de participación de la sociedad, ahora monta un diálogo regional en Nariño por fuera de dicho proceso nacional y desconociendo a la Delegación del ELN y la Mesa donde participa la comunidad internacional oficiando como garantes, así como también la ONU y la Conferencia Episcopal colombiana», señala el comunicado.

El anuncio se produce menos de dos semanas después de que el Gobierno y el ELN concluyeran en La Habana el sexto ciclo de negociaciones de paz en el que acordaron prorrogar por otros 180 días el alto el fuego bilateral iniciado el pasado 3 de agosto. En ese momento, la guerrilla se comprometió, además, a «suspender de manera unilateral y temporal las retenciones de carácter económico», como llama a los secuestros de civiles.

Para el ELN, la situación «se veía venir»

Para el mando del ELN, la situación que ahora denuncia «se veía venir» y fue expuesta por su delegación de paz en las conversaciones donde, según afirma, advirtió al Gobierno «que, de seguir su curso, haría entrar en crisis el proceso de diálogo al violar los acuerdos pactados».

«Al hacerse público tal montaje, disfrazado de diálogos regionales, el proceso entra en abierta crisis y nos vemos en la obligación de llamar a consultas a nuestra delegación», agrega el comunicado

El gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, dijo este martes a medios locales que en la primera semana de marzo instalarán «la primera mesa de paz regional con un actor armado» sin precisar de quién se trata, porque quieren hacer ver al país «que una cosa son los diálogos a nivel nacional y otra cosa es territorializar la paz».

El Gobierno colombiano no se ha pronunciado sobre estos anuncios ni sobre el impacto que el congelamiento de la negociación de paz con el ELN puede tener en el cese el fuego bilateral y temporal vigente y en la suspensión de los secuestros.

Una historia de acuerdos y desencuentros

El ELN ha sostenido negociaciones de paz con cinco gobiernos diferentes, sin llegar nunca a un acuerdo definitivo.

El actual proceso con esa guerrilla, que según cifras oficiales cuenta con más de 5.000 miembros en activo, comenzó en Caracas en noviembre de 2022 a instancias del presidente colombiano, el izquierdista Gustavo Petro, que lanzó un plan de ‘paz total’ con grupos rebeldes y organizaciones del narcotráfico.

Las delegaciones del Gobierno y el ELN han sostenido ciclos de diálogos en Venezuela, México y Cuba, con varios desencuentros y tropiezos.

El predecesor de Petro, Iván Duque (2018-2022), había suspendido las conversaciones con el ELN tras un mortal atentado contra una escuela de policías.

La semana pasada la guerrilla suspendió «un paro armado» (restricciones ilegales al movimiento de civiles bajo la amenaza de ataques), que obligó a miles de personas afrodescendientes de una región empobrecida del Pacífico a confinarse.

El «paro armado» fue calificado por la oficina del Alto Comisionado para la Paz como un acto de «deslealtad» frente a la tregua bilateral pactada hasta agosto. Pero, el grupo respondió que se trataba de una acción «defensiva» ante los ataques del Clan del Golfo, la mayor banda narcotraficante de Colombia.

Colombia es un país golpeado por seis décadas de conflicto armado que han dejado al menos 9,5 millones de víctimas entre desplazados, asesinados, secuestrados y desaparecidos.

Petro, el primer izquierdista en el poder en el país, apuesta por una salida final dialogada tras el acuerdo de paz de 2016 que desarmó el grueso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Traducir»