La “aclaración” a la que convocó el presidente francés Emmanuel Macron, al anunciar la disolución de la Asamblea Nacional y llamar a elecciones legislativas anticipadas, ha dejado claro que la mayoría de los ciudadanos ya no quiere que el mandatario gobierne solo. La pregunta sobre con quién debería compartir el poder sigue abierta después de una primera vuelta inconclusa, aunque le dio un triunfo al partido de ultraderecha Agrupación Nacional (RN). Pero la victoria aún no es decisiva, dada la segunda vuelta del próximo domingo 7 de julio y la estrategia de la alianza oficialista y la izquierda que llevó a alrededor de 218 candidatos a retirarse de la contienda. Una táctica que busca sumar apoyos para quienes se enfrenten a los candidatos de la bancada de Marine Le Pen. ¿Podrá la extrema derecha obtener la mayoría absoluta? Lo analizamos.

El partido antiinmigrante Agrupación Nacional (RN por sus siglas en francés) lideró la primera vuelta de las votaciones del domingo 30 de junio, en unas elecciones excepcionalmente importantes que podrían poner el Gobierno de Francia, si pasa a manos de un partido de extrema derecha por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

La líder absoluta del partido, Marine Le Pen, ha instado a los votantes a que respalden a su movimiento para que le concedan la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, un resultado que obligaría al mandatario Emmanuel Macron a compartir el poder con el presidente de RN, Jordan Bardella, a quien Le Pen apoya para ocupar el cargo de primer ministro.

Otro resultado, que muchos encuestadores consideran el más probable, sería un Parlamento sin mayoría absoluta para ninguna coalición, lo que paralizaría a la segunda economía más grande de la Unión Europea y a su principal potencia militar.

Una cosa es segura: la Constitución francesa señala que no puede haber nuevas elecciones parlamentarias durante otro año, por lo que una repetición inmediata de las elecciones no es una opción.

¿Puede la extrema derecha obtener una mayoría absoluta?

El partido de Le Pen llega a la segunda vuelta en una posición de fuerza sin precedentes, impulsado por su éxito en la primera vuelta y su triunfo en las elecciones europeas a principios de este mes.

Los candidatos del RN y sus aliados encabezaron la primera vuelta en 296 de los 577 distritos electorales de Francia, el domingo 30 de junio, ganando 39 de ellos directamente con más del 50% de los votos, una hazaña que ningún candidato de extrema derecha había logrado antes.

Según las firmas de encuestas, esos resultados sitúan al ala más radical de la derecha en camino a ganar entre 240 y 300 escaños de los 577 que componen la Asamblea Nacional, lo que le otorgaría con diferencia la mayor cantidad de escaños en la Cámara Baja del Parlamento y la situaría al alcance de una mayoría absoluta.

Las elecciones francesas siempre han sido una cuestión de dinámica (impulso), y la dinámica claramente está llevando adelante a Agrupación Nacional. Su poder para superar el último obstáculo dependerá de la capacidad de sus oponentes para unir fuerzas en la segunda vuelta.

Las elecciones francesas de dos vueltas han excluido tradicionalmente a la extrema derecha del poder, y los votantes de izquierda y derecha suelen unirse en un “Frente Republicano” para derrotar al bando de Le Pen, una práctica conocida como construir una presa (dique) contra la extrema derecha.

Pero la presa se ha debilitado con los años, al mismo tiempo que la ola de extrema derecha se ha hecho más fuerte en cada nueva elección, arrasando con antiguos votantes tradicionales.

“Ahora hay una parte considerable de la derecha convencional que consideraría votar por Agrupación Nacional, o al menos ya no lo ve como una amenaza”, subrayó Stéphane Fournier, investigador del instituto de encuestas Cluster 17. “Eso es especialmente así cuando el otro candidato es de izquierda, algo que asusta más a muchos conservadores”.

Céline Bracq, directora de la agencia de encuestas Odoxa, afirmó que las encuestas encontraron que los votantes conservadores tienen “el doble de probabilidades de votar por RN que por un candidato de izquierda”.

Acercarse mucho a los 289 escaños también puede ser suficiente para Agrupación Nacional, que podría ganar algunos legisladores más con promesas de puestos gubernamentales. El martes 2 de julio, Le Pen aseguró que se acercaría a los independientes y a los parlamentarios de ideas afines si su partido no lograba la mayoría.

La idea de trabajar con el partido cofundado por el padre de Le Pen, Jean-Marie, un hombre que se dio a conocer como racista y antisemita convicto, solía ser tabú. Pero la Agrupación Nacional ya ha fracturado a la derecha dominante, atrayendo al líder conservador Eric Ciotti, y otros podrían seguir su ejemplo.

¿Qué sucederá en el gobierno si la ultraderecha arrasa en la segunda vuelta?

Si la extrema derecha logra una mayoría, se espera que Macron nombre a Jordan Bardella, de 28 años, como primer ministro, ya que Le Pen tiene la mira puesta en la elección presidencial de 2027.

Tal acuerdo debilitaría al presidente, tanto en el país, como en el extranjero, obligándolo a un incómodo sistema de reparto del poder –conocido como “cohabitación”– con un partido extremista que tiene vínculos históricos con la Rusia de Vladimir Putin.

Si bien Macron mantendría el control general sobre la diplomacia francesa,Bardella ya ha asegurado que usaría los poderes del primer ministro para bloquear el suministro de armas de largo alcance a Ucrania.

Con el control sobre la política interna, un primer ministro de extrema derecha sería libre de implementar la plataforma del partido, que incluye planes para reducir la inmigración, aumentar los poderes policiales y restringir los derechos de los ciudadanos franceses con doble nacionalidad a trabajar en algunos empleos de defensa, seguridad y de la industria nuclear.

Los expertos han señalado que partes de la plataforma son inconstitucionales y pondrían al gobierno de Bardella en una situación de colisión con el Consejo Constitucional del país.

Algunos políticos de alto rango de RN han abogado por ignorar los límites constitucionales y eludir lo que llaman el “gobierno de los jueces”, una medida que a su vez podría llevar a la Unión Europea a tomar medidas disciplinarias contra Francia, como ha hecho con la Hungría de Viktor Orban.

Si RN no logra una mayoría en la Asamblea Nacional, Macron aún podría encargar a Bardella la formación de un gobierno, aunque Le Pen ha subrayado que su partido solo gobernará si tiene los medios para implementar su programa.

¿Es posible frenar el avance de Agrupación Nacional?

La perspectiva de un gobierno de extrema derecha ha desencadenado esfuerzos frenéticos para revivir el antiguo “Frente Republicano”, lo que ha llevado a los partidos a hacer alianzas en algunos distritos electorales y retirarse de otros, con la esperanza de detener el avance de la bancada de Le Pen.

Solo un frente republicano fuerte, que una a la izquierda, el centro y los conservadores, puede mantener a raya a la extrema derecha y evitar que Francia se derrumbe

El martes 2 de julio, cuando expiró el plazo para registrar candidaturas, más de 200 candidatos, la mayoría de ellos de izquierda, se retiraron de las próximas elecciones a tres bandas para no dividir el voto anti-Le Pen. La izquierda retiró a su candidato en el distrito de Normandía, donde la ex primera ministra, Elisabeth Borne, fue superada por su rival de extrema derecha.

Entre los candidatos que se retiraron, se encuentra Sabrina Agresti-Roubache, ministra adjunta de Ciudadanía, que se retiró de su candidatura en Marsella, diciendo que prefería la “derrota” al “deshonor”.

Sin embargo, todavía habrá 109 elecciones de desempate con tres o incluso cuatro candidatos, según un recuento de AFP, ya que los que se quedaron hicieron caso omiso de la creciente presión para abandonar la carrera.

“Solo un frente republicano fuerte, que una a la izquierda, el centro y los conservadores, puede mantener a raya a la extrema derecha y evitar que Francia se derrumbe”, subrayó una editorial del diario francés ‘Le Monde’, el 2 de julio.

Los aliados de Macron se enfrentaron a acusaciones de socavar el bombardeo contra Le Pen al negarse a retirarse de algunas contiendas en las que participaban candidatos del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa (LFI), de Jean-Luc Mélenchon.

El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, describió a LFI como una “amenaza para la nación, al igual que RN es una amenaza para la República”, mientras que otras figuras de alto rango instaron a los votantes a elegir “caso por caso” con respecto a los candidatos de Mélenchon.

Erwan Lecoeur, analista político del centro de investigación GRESEC y la Universidad Grenoble Alpes, señaló que el “mensaje contradictorio” que proviene del bando de Macron podría impedir que muchos votantes centristas respalden a la izquierda en las elecciones de segunda vuelta con RN.

“Macron eligió enmarcar la elección como una elección entre su bando moderado y los ‘extremistas’ a su izquierda y derecha”, agregó. “Si los líderes del partido ahora llaman a un ‘Frente Republicano’ en apoyo de los candidatos de izquierda, muchos de sus votantes se sentirán desconcertados y confundidos”.

Aunque los partidos tradicionales han instado a sus simpatizantes a evitar a los candidatos de extrema derecha, los expertos señalan que los votantes son menos propensos a atender a esos llamados que en el pasado. Algunos también pueden sentirse ahuyentados por el regateo entre enemigos jurados, algo que Bardella ha criticado como una “alianza impía”.

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