Este viernes 6 de septiembre se cumple el primer mes desde que Ucrania puso en marcha su inédita incursión en la región rusa fronteriza de Kursk. En medio de ese avance, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunió con sus aliados en Alemania para dar un balance de la operación militar de sus tropas en suelo ruso y recabar más apoyo militar. Por su parte, Moscú denunció un presunto plan de Kiev para controlar la central nuclear de Kursk y también la presión de Estados Unidos a los medios de comunicación rusos.

Hoy se cumple un mes desde que Ucrania inició su ofensiva en la región rusa de Kursk, considerada la más amplia incursión enemiga en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.

Este viernes, al respecto, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, aseguró que Rusia ha sufrido al menos 6.000 bajas entre muertos y heridos durante este primer mes de la operación militar ucraniana en suelo ruso. Al tiempo, en el marco de una reunión en la base alemana de Ramstein con los aliados de Ucrania, el mandatario afirmó que sus tropas controlan más de 1.300 kilómetros cuadrados y un centenar de localidades en Kursk.

No obstante, Zelenski también dijo este viernes que la operación militar en Kursk sirvió para evitar que Moscú abriera un nuevo frente con un ataque transfronterizo contra la región de Sumi, en Ucrania, tal y como informó el presidente en una rueda de prensa con Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos.

Para el jefe de Estado ucraniano, que Rusia continúe poniendo en primer lugar su ofensiva sobre Ucrania antes que la recuperación de Kursk significa que para el Kremlin la guerra en curso no es de naturaleza defensiva ni busca proteger a su población, como ha dicho el mandatario Vladimir Putin.

Por su parte, Putin dijo este jueves que el Ejército ruso está expulsando a las fuerzas ucranianas de Kursk.

Zelenski: “estamos operando con una cantidad mínima de armamento”

En el marco de la reunión de este viernes con sus aliados, Zelenski le pidió nuevamente más refuerzos militares a sus socios, junto con el envío de paquetes de armas que ya habían sido aprobados. “Estamos operando con una cantidad mínima de armamento”, dijo el presidente ucraniano, agregando que es necesario más armamento “para expulsar a las fuerzas rusas de” del territorio de su país, “especialmente en la región de Donetsk”.

A su vez, Zelenski hizo referencia a la situación en los ejes del frente de Pokrovsk y Toretsk, donde Rusia enfoca la mayoría de sus esfuerzos para avanzar. En paralelo, el jefe de Estado de Ucrania habló de las “líneas rojas” establecidas por Rusia para el uso del armamento de largo alcance suministrado a Kiev por sus aliados, ya que estas no pueden ser usadas al interior del territorio ruso.

Para el presidente, «los intentos de Rusia de trazar líneas rojas simplemente no funcionan».

Así pues, en respuesta a las solicitudes de Zelenski, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció que su país aprobará 250 millones de dólares adicionales en asistencia de seguridad para Ucrania.

“Aumentaremos las capacidades para satisfacer las cambiantes necesidades de Ucrania y las entregaremos a la velocidad de la guerra”, explicó Austin este viernes también desde Alemania.

Por su parte, Alemania se comprometió a suministrar 12 cañones autopropulsados adicionales a Ucrania, al tiempo que Canadá informó sus planes de enviar 80.840 cohetes aire-tierra no armados, así como 1.300 ojivas en los próximos meses.

Moscú denuncia que Kiev busca tomar un centro nuclear en Kursk

Mientras Zelenski se reunió con sus aliados este viernes, Rusia responsabilizó a Ucrania de querer atacar y tomar el control de la central nuclear de Kursk.

Alexéi Lijachov, jefe de la agencia nuclear rusa (Rosatom), dijo que “no hay ninguna duda de que Kiev planeaba atacar y hacerse del control de la central de Kursk”.

En el marco de la incursión en Kursk, algunos analistas internacionales apuntaron a que la toma de esta central era uno de los objetivos de Ucrania, que planeaba canjearla con la recuperación de la planta de Zaporizhia.

«Chernóbil -escenario de la mayor catástrofe nuclear de la historia- parecerá un juego de niños», agregó Lijachov, en caso de que la planta nuclear de Kursk sea objetivo de algún ataque de las fuerzas ucranianas.

Otra queja que tuvo lugar este viernes de parte de Rusia fue la presunta presión de Estados Unidos a los medios rusos. Esto, luego de que el Departamento de Justicia estadounidense acusara al colaborador de televisión ruso Dimitri Simes y a su esposa de conspirar para violar las sanciones de Washington.

Estas acusaciones ocurren solo un día después de que Estados Unidos tomara acciones legales en contra de Rusia para combatir presuntos esfuerzos de interferir en las presidenciales de este año, incluido el señalamiento de dos empleados de la red de medios estatal rusa RT y la sanción a la misma junto con su principal editor.

«Washington sigue intentando presionar a Rusia, a los ciudadanos rusos e incluso a los medios de comunicación rusos, que se dedican a informar tanto a los ciudadanos de nuestro país como a la opinión pública mundial sobre lo que está sucediendo, desde nuestra perspectiva», indicó Dimitry Peskov, portavoz del Kremlin, quien asegura que Rusia no está buscando interferir en las elecciones presidenciales que adelanta el país norteamericano.

Rusia comienza sus elecciones locales en medio del fuego cruzado

La Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia informó este viernes que la mitad de las regiones del país celebran hoy la primera jornada de elecciones locales, a pesar de que las votaciones fueron suspendidas en algunos territorios fronterizos con Ucrania debido a la operación militar del país vecino en la región de Kursk.

Ela Panfílova, presidenta de la CEC, explicó que “hoy en 49 entidades de la Federación de Rusia donde se decidió que la votación se llevaría a cabo durante tres días abrieron los colegios electorales».

En total, según información de la funcionaria, este fin de semana  votarán 83 de las 89 entidades federales rusas, que incluyen las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporizhia; anexadas por Rusia en septiembre de 2022.

Además de ser elecciones municipales, en 21 regiones rusas se celebran elecciones directas de gobernador, como también la de tres diputados de la Duma del Estado (Parlamento) para llenar los escaños pendientes.

El aplazamiento de las votaciones en los siete municipios de la región de Kursk es hasta ahora indefinido. Allí, según Panfílova, la participación es de cerca del 40%, después de que se abrieran las votaciones el pasado 28 de agosto.

EFE y Reuters

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