El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi, negó este sábado 9 de noviembre las acusaciones de Estados Unidos de que la élite de la Guardia Revolucionaria iraní ordenara el asesinato del presidente electo, Donald Trump.

El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, negó este sábado las acusaciones de Estados Unidos de que Teherán estaba vinculado con un presunto complot para matar a Donald Trump, mientras que pidió la promoción de la confianza entre los dos países.

“Ahora se fabrica un nuevo escenario  (…) como un asesino no existe en la realidad, se trae a guionistas para fabricar una comedia de tercera categoría”, señaló Araqchi en una publicación en su cuenta de X.

El funcionario hacía referencia a un supuesto complot que, según Washington, fue ordenado por la élite de la Guardia Revolucionaria iraní para asesinar a Trump, que ganó las elecciones presidenciales el pasado martes 5 de noviembre y asumirá el cargo nuevamente en enero.

“El pueblo estadounidense ha tomado su decisión. Irán respeta su derecho a elegir al presidente de su elección. El camino a seguir también es una elección. Comienza con el respeto», remarcó el funcionario iraní.

“Irán NO busca armas nucleares y punto. Se trata de una política basada en las enseñanzas islámicas y en nuestros cálculos de seguridad. Ambas partes deben fomentar la confianza. No es una vía de sentido único”, agregó.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Esmaeil Baghaei, declaró previamente que la afirmación era un complot “repulsivo” de Israel y la oposición iraní fuera del país para “complicar las cosas entre Estados Unidos e Irán”.

Analistas e iraníes relacionados con el asunto no han descartado la posibilidad de una distensión entre Teherán y Washington bajo el mandato de Trump, aunque ocurriría sin el restablecimiento de los lazos diplomáticos.

“Irán actuará en función de sus propios intereses. Es posible que se celebren conversaciones secretas entre Teherán y Washington. Si se eliminan las amenazas a la seguridad de la República Islámica, todo es posible”, declaró esta semana el analista Saeed Laylaz, residente de Teherán.

Así pues, mientras que se enfrenta a su principal rival Israel, la cúpula clerical iraní también está preocupada por la posibilidad de una guerra total en la región, donde Israel mantiene conflictos con los aliados de Teherán en la Franja de Gaza y Líbano.

¿Qué se sabe del supuesto complot?

El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló el viernes 8 de noviembre un  presunto complot iraní para asesinar a Donald Trump. Un sospechoso dijo haber sido contactado por un funcionario del Gobierno iraní antes de las elecciones de esta semana para matar al ahora presidente electo.

Investigadores del Gobierno estadounidense se enteraron del plan para matar a Donald Trump a través de Farhad Shakeri, un presunto agente del Gobierno iraní que pasó un tiempo en prisiones estadounidenses por robo y que, según las autoridades, mantiene una red de socios criminales reclutados por Teherán para tramas de vigilancia y asesinatos a sueldo.

Shakeri, de 51 años, es descrito en la demanda como un afgano residente en Teherán que pasó una década en la cárcel en Nueva York, donde conoció a sus socios, antes de ser deportado -ahora se le supone en Irán-, y que es un miembro «activo» de la Guardia Revolucionaria.

El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó voluntariamente en una conversación telefónica con el FBI.

En ese diálogo, Shakeri dijo a los investigadores que un contacto en la Guardia Revolucionaria iraní le dio instrucciones en septiembre de que dejara a un lado otros trabajos que estaba realizando y montara un plan en siete días para vigilar y, en última instancia, matar a Donald Trump, según una querella criminal desvelada en un tribunal federal de Manhattan.

El funcionario fue citado por Shakeri diciendo: «ya hemos gastado mucho dinero» y «el dinero no es un problema».

Shakeri aseguró a los investigadores que el funcionario le dijo que si no podía armar un plan dentro del plazo de siete días, entonces el complot se pondría en pausa hasta después de las elecciones porque el funcionario asumió que Trump perdería y que sería más fácil matarlo entonces, dice la denuncia.

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