Este jueves 14 de noviembre, en medio de la cumbre APEC en Perú, se inaugura el megapuerto de Chancay-que ha generado protestas de las comunidades indígenas-, con la presencia del mandatario chino, Xi Jinping y la líder anfitriona, Dilma Boluarte. Entre las mayores expectativas está el encuentro de XI y su homólogo de EE. UU., Joe Biden, una prueba de las relaciones entre los dos países, de cara al retorno de Donald Trump.

Inicia la fase central de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC)APEC que  reúne a 21 líderes de economías de la región de Asia-Pacífico, en Perú, hasta el próximo sábado 16 de noviembre.

Este jueves 14 de noviembre se celebra la reunión de ministros, mientras arriban los líderes de las naciones que participan, incluidos los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Joe Biden.

Está previsto que los dignatarios aborden asuntos clave, como el comercio, la digitalización y la sostenibilidad, en un evento que se desarrolla bajo estrictas medidas de seguridad en Lima, debido a las protestas de los últimos días contra la inseguridad que encaran los ciudadanos.

Perú y China inauguran el megapuerto de Chancay

Xi, quien ya se encuentra en el territorio peruano, inaugura, junto a la mandataria anfitriona, Dilma Boluarte, el megapuerto de Chancay. Un punto estratégico en la costa central de Perú para el comercio entre América Latina y Asia.

Se convertirá así en uno de los referentes para la exportación de materias primas, como cobre y otros minerales, hacia el gigante asiático.

Xi Jinping publica este jueves un artículo en el diario oficial ‘El Peruano’ en el que asegura que la obra será «un verdadero camino de prosperidad» y que servirá para «fomentar el desarrollo entre China y Perú y entre China y América Latina».

«Con la primera fase de este proyecto, se podrá reducir a 23 días el viaje marítimo de Perú a China, se ahorrará más del 20 % del costo logístico y se generarán para Perú ingresos anuales de 4.500 millones de dólares y más de 8.000 empleos directos», destaca el mandatario en el texto.

Sin embargo, el megaproyecto ha generado fuertes protestas, principalmente de las comunidades indígenas y líderes de la zona, que denuncian daños a las viviendas y al turismo, así como impactos sociales y medioambientales.

Encuentro Xi-Biden, una prueba de las relaciones entre China y EE. UU.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá el sábado 16 de noviembre con Xi Jinping, en lo que es considerado como una prueba más en medio de las tensas relaciones entre ambos países, justo cuando se avecina un retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. El republicano ha prometido políticas más estrictas frente al gigante asiático.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, confirmó que la reunión se llevará a cabo en el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Eso ocurrirá poco más de dos meses antes de la investidura de Trump.

Sullivan fue opaco sobre cómo Biden y los funcionarios de la Administración responderán las preguntas esperadas de Xi y sus ayudantes sobre la administración entrante de Trump.

“Las transiciones son momentos de consecuencias únicas en la geopolítica. Son un momento en el que los competidores y adversarios pueden ver una posible oportunidad”, dijo Sullivan. “Y por eso, parte de lo que el presidente Biden comunicará es que debemos mantener la estabilidad, la claridad y la previsibilidad a través de esta transición entre Estados Unidos y China”.

Durante su campaña contra la vicepresidenta Kamala Harris, Trump prometió aplicar aranceles generales del 60% a todas las exportaciones chinas a Estados Unidos, una medida que sacudiría la ya tumultuosa relación entre Pekín y Washington.

Pero EE. UU. y China encaran desde hace tiempo profundas diferencias sobre el apoyo que Beijing ha dado a Rusia durante su guerra en Ucrania, las cuestiones de derechos humanos, la tecnología y Taiwán, la democracia autónoma que Pekín reclama como propia.

Se espera que un segundo gobierno de Trump ponga a prueba las relaciones entre Estados Unidos y China incluso más que el primer mandato del republicano, cuando Estados Unidos impuso aranceles a más de 360.000 millones de dólares en productos chinos.

EFE, AP

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