El republicano Donald Trump confirmó este lunes 18 de noviembre que buscará declarar un estado de emergencia para movilizar a las Fuerzas Armadas estadounidenses dentro de lo que ha calificado con anterioridad como «la mayor operación de deportación» en la historia de Estados Unidos.

Donald Trump buscará usar a las Fuerzas Armadas para deportar a millones de migrantes en situación irregular.

A través de una publicación en la red TruthSocial, Tom Fitton, activista conservador, reveló que «algunos reportes» a los que tiene acceso indican que el próximo presidente de Estados Unidos buscará «declarar el estado de emergencia nacional» y movilizar tropas para efectuar deportaciones masivas en su Administración.

«¡Es verdad!», respondió Trump a través de un post citando al de Fitton. De esta manera, confirma sus intenciones de activar el brazo militar estadounidense en contra de alrededor de 11 millones de personas migrantes en situación irregular que residen actualmente en el país.

La simple, pero contundente, respuesta del líder republicano y próximo dos veces presidente estadounidense son el mensaje más enfático y claro sobre la materialización de su política migratoria desde que inició su campaña presidencial el año pasado.

En abril, Trump mencionó específicamente a la Guardia Nacional como el  organismo que «debería ser capaz» de actuar en la expulsión masiva de personas migrantes en situación irregular dentro de Estados Unidos. La Guardia Nacional es un cuerpo militar que depende del gobierno de cada estado y usualmente es invocada en caso de desastre natural o conflicto interno.

En caso de que los desafíos legales a sus aspiraciones con la Guardia Civil eviten su uso para la política migratoria que quiere imponer, Trump alegó que «utilizaría al Ejército», según una entrevista que sostuvo con la revista ‘Time’ el pasado mes de abril.

Además, Thomas Homan, elegido como el ‘zar de la migración’ del gabinete trumpista, afirmó que el mandatario electo le ha prometido que movilizará todos los recursos monetarios posibles para emprender la «mayor deportación en la historia», advirtiendo también que buscaran reformar el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), agencia encargada del control migratorio, para que no entorpezca sus planes.

«Vamos a quitarle las esposas al ICE, haremos el trabajo y aseguraremos el país, protegeremos a las comunidades estadounidenses y arrestaremos primero a los malos», dijo Homan, también antiguo director del ICE, en una entrevista con ‘Fox News’ este 18 de noviembre.

Dudas alrededor de la factibilidad en la aplicación de la política migratoria trumpista

A pesar del radical discurso antiinmigrante de Trump, aunado a sus intensas amenazas por emprender deportaciones masivas desde su entrada a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, algunas voces dudan sobre la realidad de sus palabras, contrastando sus promesas con la legalidad de estas en el marco jurídico estadounidense actual.

Aaron Reichlin-Melnick, investigador en el Consejo Americano de Inmigración, aclaró que el estado de emergencia solo puede ser declarado en «situaciones específicas» por el presidente en turno, afirmando que «el uso de militares para las deportaciones, no es una de ellas», a través de una publicación en su perfil de X.

«Mi lección de la primera vez es que absolutamente no podemos tomar las cosas que la gente del ‘mundo Trump’ dice como evangelio, dada su total falta de detalles específicos y su total disposición a hacer pronunciamientos grandiosos que tienen como objetivo desencadenar a los liberales y hacer titulares», dijo Reichlin-Melnick.

Además, una investigación del Consejo Americano de Inmigración también reveló que, si las pretensiones trumpistas por deportar a un millón de personas anualmente se hicieran realidad, la expulsión masiva de personas le costaría a la economía estadounidense alrededor de 900.000 millones de dólares en los próximos diez años.

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